Y vivieron mecanicamente

-Robot masculino: «Hola 164259».
-Robot femenino: «Puedes llamarme 164 si quieres. Siento haberme retrasado, pero es que me estaba atornillando una cara nueva».
-Robot masculino: «Está bien, yo también me he retrasado, se me ha fundido un diente».
-Robot femenino: «¡Qué desagradable!».
-Robot masculino: «Podría haber sido peor... pensé que había perdido mi gran terminación. Desde luego fue por mi culpa, pues salí anoche e hice que me engrasaran».
-Robot femenino: «A pesar de eso, mejor bajas al garaje para que te revisen. Puede que tengas alguna bujía sucia. Yo también tengo algunos problemas... Mis empleados me han programado para hacer la nómina y, sin embargo, les he dado los resultados de las carreras de caballos... Ahora tengo un operador nuevo».
-Robot masculino: «¿Han despedido al otro?»
-Robot femenino: «No, se ha jubilado con la pensión. Espero que no vuelva a pasar».
-Robot masculino: «Espero que se te haya aflojado un tornillo. Y hablando de tomillos, ¿qué tal está tu hermana?».
-Robot femenino: «No hablemos de ella. Se ha fugado con una bomba de gasolina».
-Robot masculino: «Así es su espíritu. Aunque no tan mal como mi hermano. Se enamoró de un robot con tres ojos. No tuvimos el coraje de decirle que era un semáforo. Finalmente se le fundió un fusible y él no sabía si pararse o pasar. En realidad ahora estamos solos, tengo un regalo para ti».
-Robot femenino: «Es fantástico; ¿qué es?».
-Robot masculino: «Lo compré en el contador Geiger».
-Robot femenino: «Pero ¿qué es?».
-Robot masculino: «Un contador Geiger. Es útil cuando persigues Geiger. Dicen que está hecho especialmente para chicas. ¡Es un Geiger para chicas!».
-Robot femenino: «Oh, eres tan maravilloso, tan magnético».
-Robot masculino: «¡Solo dices eso porque te sientes atraída por mí! Vayámonos corriendo a casarnos».
-Robot femenino: «Ya antes se me rompió el corazón. Mira, aquí puedes ver dónde me lo soldaron».
-Robot masculino: «Esta vez será distinto».
-Robot femenino: «¿Cómo lo sabes?».
-Robot masculino: «Lo puedo sentir en mis transistores».
Y se unieron juntos en una soldadura dichosa y vivieron mecánicamente para siempre.

Esta es una historia del futuro, pero también del pasado y del presente. Es la historia del ego, esa cosa mecánica tipo robot que te agobia, no estás vivo, o lo estás solo a medias de manera poco entusiasta, porque el ego no te permite estar vivo, tira de ti hacia el pasado

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